La metamorfosis política

Redacción 20/02/2025 Opinión

:* La llegada de priistas, panistas y otras fuerzas a Morena


Por Guillermo López Meneses
La política mexicana ha sido testigo de un fenómeno que, aunque no es nuevo, ha cobrado mayor relevancia en los últimos años: la migración de políticos provenientes del PRI, PAN y otras fuerzas hacia MORENA. Este movimiento ha generado una serie de cuestionamientos sobre la identidad y los principios del partido en el poder, así como sobre las verdaderas razones detrás de este éxodo político. ¿Se trata de una estrategia de supervivencia, de un cambio de convicciones o de la simple búsqueda de poder?
El pragmatismo sobre la ideología
MORENA nació como una alternativa al sistema político tradicional, capitalizando el descontento con el viejo régimen representado por el PRI y el PAN. Sin embargo, conforme avanzó en su consolidación como la fuerza dominante en México, comenzó a recibir a políticos provenientes de los partidos que antes criticaba. A primera vista, esta migración podría parecer una traición a los principios fundacionales de Morena, pero en realidad responde a una lógica pragmática que ha caracterizado la política mexicana durante décadas.
Para muchos políticos, MORENA representa la mejor opción para mantenerse en el poder o acceder a él. Con un electorado fiel al liderazgo del presidente López Obrador y una estructura partidista que domina gran parte del país, sumarse a sus filas es una decisión estratégica. Esto no significa necesariamente que compartan la ideología de la Cuarta Transformación, sino que han comprendido que sus posibilidades de éxito electoral son mayores dentro de este partido.
El fin del bipartidismo PRI-PAN y la crisis de la oposición
Uno de los factores clave en esta migración política es la crisis que atraviesan el PRI y el PAN. Ambos partidos han perdido gran parte de su credibilidad debido a escándalos de corrupción, promesas incumplidas y una desconexión con las demandas ciudadanas. En el caso del PRI, su desgaste es resultado de décadas en el poder y la percepción de que representa un modelo político obsoleto. El PAN, por su parte, ha sufrido divisiones internas y un alejamiento de sus bases tradicionales.
MORENA ha sabido aprovechar esta debilidad. Al abrir sus puertas a ex priistas y panistas, ha logrado consolidar una estructura territorial que le permite ganar elecciones en zonas donde su presencia era limitada. Esto ha sido evidente en gubernaturas, diputaciones y alcaldías que ahora están en manos de exmilitantes de otros partidos.
¿Oportunismo o adaptación?
Si bien es cierto que muchos de los políticos que han migrado a MORENA lo hacen por conveniencia, también hay casos donde el cambio puede responder a una adaptación al nuevo contexto político. México ha cambiado, y con ello, las estrategias de los actores políticos. La ideología, en muchos casos, pasa a un segundo plano cuando el objetivo es mantenerse vigente en la arena política.
Sin embargo, esto no está exento de riesgos. La llegada de priistas y panistas a MORENA ha generado tensiones dentro del partido, especialmente entre aquellos que ven en estos fichajes una amenaza para su identidad. La pregunta que surge es si MORENA podrá mantener su cohesión interna sin convertirse en una versión reciclada del viejo régimen.
El futuro de MORENA y la política mexicana
La llegada de priistas, panistas y otros actores a MORENA es un síntoma de un sistema político en constante reconfiguración. Más que un fenómeno aislado, es una muestra de cómo el poder sigue siendo el principal motor de la política en México.
La gran incógnita es si MORENA logrará mantener su identidad y credibilidad ante la ciudadanía, o si terminará por convertirse en aquello que alguna vez criticó. Mientras tanto, el pragmatismo sigue siendo la moneda de cambio en la política mexicana, donde las ideologías son flexibles y el poder es el verdadero objetivo.

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